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EL CAMBIO TECNOLÓGICO SESGADOR DE HABILIDADES

Existe cierta preocupación relativa a la posibilidad de que los avances tecnológicos desplacen a los humanos de sus trabajos. El “cambio tecnológico sesgador de habilidades” se refiere al patrón de sustitución de estos empleos y tiene implicaciones importantes para la evolución del mercado de trabajo. Las diferentes oleadas tecnológicas que hemos vivido han tenido repercusión en la empleabilidad de los trabajadores de distintos sectores. En la actual economía del conocimiento la tendencia apunta a una automatización de los empleos poco cualificados o de cualificación media. Grandes figuras internacionales conocedoras de este proceso tienen opiniones contrapuestas en cuanto a lo positivo o negativo que pueda ser el resultado de esta evolución del empleo. No obstante, los datos más recientes parecen apuntar a que la automatización/robotización no provoca intrínsecamente destrucción de empleo, sino que lo desplaza a otros sectores productivos. Parece que las economías con más densidad robótica tienen menos desempleo, no más. Es el caso de Corea del Sur, Singapur, Japón o Alemania.

La economía de los países desarrollados ha experimentado cambios notables durante las últimas décadas, provocados por la revolución informática y la globalización. Estos cambios han dado lugar a grandes aumentos de la productividad y la riqueza, pero los beneficios no han sido compartidos entre todos los trabajadores. La capacidad de los trabajadores para ajustarse a estos cambios es especialmente difícil porque los cambios son repentinos, concentrados en recesiones. En un corto período de tiempo, un gran número de trabajadores puede encontrar sus habilidades depreciadas y ya no relevantes, con perspectivas limitadas de encontrar un reempleo comparable. Las políticas públicas todavía no han encontrado la forma de reasignar a los trabajadores después de una recesión, o de capacitarlos.

Si bien la informatización se ha limitado históricamente a tareas que implican actividades explícitas basadas en reglas, los algoritmos actuales para Big Data permiten el reconocimiento de patrones y pueden fácilmente sustituir el trabajo en una amplia gama de trabajos cognitivos no rutinarios. Además, los robots están adquiriendo sentidos mejorados y destrezas variadas, permitiendo realizar un amplio abanico de tareas manuales; es probable que esto cambie la naturaleza del trabajo industrial. Entonces, ¿Qué tan susceptibles son los actuales trabajos de ser sustituidos por estos desarrollos tecnológicos? Según Frey & Osborne (2017), y distinguiendo entre ocupaciones de alto, mediano y bajo riesgo (dependiendo de su probabilidad de informatización), alrededor del 47% del empleo total en los países desarrollados se encuentra en la categoría de alto riesgo (se estima que puedan automatizarse relativamente pronto, tal vez durante la próxima década o dos).

La mayoría de los trabajadores en el transporte y ocupaciones de logística, junto con la mayor parte de los empleos de oficina, los trabajadores de apoyo y la mano de obra en ocupaciones de producción están en riesgo. Igualmente, encontramos que una parte sustancial del empleo en el sector servicios, es altamente susceptible a la informatización. Situándonos en un contexto histórico, las tecnologías manufactureras del siglo XIX sustituyeron a mano de obra cualificada a través de la simplificación de tareas; la revolución de los ordenadores personales produjo una reducción de los empleos de ingresos medios y los actuales cambios debidos a las TIC apuntan a una automatización de los empleos poco cualificados y poco remunerados. Las expectativas son que, los trabajadores con poca formación se reasignarán a tareas que no son susceptibles a la informatización, es decir, tareas que requieran inteligencia social y creativa.

Autor: Néstor Rodríguez Romero – Técnico de selección

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